Friday, October 4, 2013

EL BARCO FANTASMA DEL MAR DE LA PLATA

EL BARCO FANTASMA DEL MAR DE LA PLATA

Hundimiento del Ussukuma

Las costas argentinas fueron escenario de la batalla más curiosa de la Segunda Guerra Mundial, que culminó con el hundimiento de dos naves nazis, el acorazado Graf Spee, que había venido a invadir las Malvinas, y Ussukuma, que era su apoyo logístico.

El 17 de agosto de 1945 arribó a Mar del Plata el sumergible nazi U-977, comandado por Heinz Schäffer. Otro, el U-530, había llegado al mismo puerto en julio. La noticia causó conmoción mundial y enfureció a Joseph Stalin, que estaba convencido de que Hitler había huido en uno de ellos aunque el servicio de inteligencia británico aseguraba que el führer se había suicidado. La segunda guerra languidecía y surgían rumores sobre otros acontecimientos como el hundimiento del acorazado alemán Bismarck, la destrucción del acorazado británico Hood y las andanzas de un barco espía nazi, el Ussukuma.

El tema del Ussukuma era el más raro. La Marina de Guerra del Tercer Reich carecía de bases en el Atlántico sur para abastecer de petróleo, alimentos y armamentos a sus barcos y submarinos. La naviera Delfino podía facilitar a los nazis los puertos patagónicos, pero los movimientos de combustible a gran escala se complicaban por falta de instalaciones adecuadas y, especialmente, por su escasez durante las guerras.

Uno de los planes de los alemanes fue tomar las islas Malvinas e instalar allí una base de submarinos. No era una idea nueva: lo había intentado en diciembre de 1914 la flota al mando de Maximilian von  Spee, pero fue destruida en la denominada Batalla de Falklands. En diciembre de 1939, el acorazado Almirante Graf Spee -así bautizado en honor al marino muerto 25 años antes- tenía la misma misión.

El capitán del Ussukuma pensó que si llegaba a mar abierto su captura sería imposible, pero ante su sorpresa el almirantazgo británico ordenó que lo capturaran en aguas territoriales argentinas. Sorprendida por la acción, la tripulación del Ussukuma fue abordada por los ingleses, que capturaron la máquina codificadora conocida vulgarmente como Enigma. 
Mientras el barco se hundía lentamente, los vencedores armaron una estrategia para capturar al Graf Spee obligando al oficial de comunicaciones del Ussukuma a radiar una posición para el supuesto encuentro. El Spee, que ignoraba lo ocurrido, se dirigió al lugar señalado en el amanecer del 13 de diciembre. A esa hora, con el sol asomando, cayó en la trampa: lo que creyó que era el Ussukuma, resultó ser la flota británica. Cuando se dio cuenta viró en redondo pero era demasiado tarde. De todas formas el capitán Langsdorff se batió con valentía: puso fuera de combate al Exeter y averió seriamente a los cruceros livianos. Sin combustible, llegó al puerto de Montevideo, donde el gobierno uruguayo le negó provisiones apurando su final: Langsdorff decidió hundir la nave. El capitán no podía explicar lo sucedido ni revelar los terribles problemas de abastecimiento que afrontaba la flota nazi, los periódicos lo trataron como un cobarde y se suicidó.

De la tripulación del Ussukuma nada más se supo hasta que, de pronto, surgió una novedad.

Gracias a investigaciones posteriores y con datos oficiales obtenidos en Nueva Zelanda, se consiguió determinar que el buque hundido no identificado en la carta H-210 era el Ussukuma. Por ello, el barco que aparecían en las cartas marinas H-200 y H-210 no era otro que el barco alemán Ussukuma.


Fuente: http://rockambiente.fullblog.com.ar/

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