Saturday, October 12, 2013

ARCOIRIS DE FUEGO

ARCOIRIS DE FUEGO

Imagen del arcoíris de fuego

Posiblemente uno de los fenómenos menos habituales pero a la vez más exclusivos y únicos del mundo sea el conocido como Arco iris de fuego. Solamente teniendo en cuenta cuántas circunstancias se han de dar para que un arco iris de fuego se transforme en el firmamento, hace que este fenómeno sea algo único y su observación un regalo maravilloso e inolvidable para el afortunado que pueda disfrutarlo.

Su nombre científico es Arco circunhorizontal, y su formación es producto de una serie de factores muy concretos y de escasa frecuencia. Los Cirros son nubes muy altas que acumulan cristales de hielo. Para que un arco iris de fuego se forme, los pequeños cristales de hielo han de tener una forma específica, de forma plana y hexagonal, pues cualquier otro tipo de cristal que no cumpla con este requisito geométrico no sirve. A parte de esta característica difícil de encontrar, todos los cristales han de encontrarse alineados horizontalmente para que al recibir la luz del sol actúen como un gigantesco prisma refractando la luz y llenando de esta forma el cielo de color. Por si fueran pocas las casualidades que se deben de dar para ver este fenómeno, hay que añadir que el sol ha de incidir a una latitud determinada estimada en 58º, por lo que, según los expertos, la observación de este singular fenómeno, es casi exclusiva de lugares al norte de los 55º o desde montañas muy elevadas y cercana a esta latitud. 

Imagen donde se aprecia mejor el arcoíris de fuego

El arco iris de fuego más popular hasta la fecha es el fotografiado por Coeur D’Alene en Idaho el 3 de junio del año 2006. Por su notoriedad, las fotografías fueron publicadas en la revista New Scientist así como en periódicos como el Daily Mail, y posteriormente tuvo gran difusión gracias a su aparición en National Geographic News.

Recorriendo senderos, espolvoreando la arena del camino al pisar con nuestra huella curiosa y humana el mundo que nos rodea, bien por la casual providencia del destino o llevados de la mano de la diosa fortuna; en contadas ocasiones el viajero atento, el caminante impenitente o el avezado e inquieto senderista que no deja de observar en ningún momento el firme que pisa, el horizonte que avista, o el cielo que extendido sobre su cabeza se muestra por segundos diferente, puede toparse ante sí con espectáculos naturales únicos e irrepetibles.

Fuente: http://maestroviejo.wordpress.com/


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