SILVESTRE II: ¿EL PAPA ALQUIMISTA?
Estatua de Silvestre II
Gerbert d´Aurillac, futuro papa Silvestre II, nació alrededor del año 945 en la región montañosa de la Auvernia, en el centro de Francia. Estudió el "Trivium" (gramática, lógica y retórica) en el monasterio benedictino de Saint-Géraud d´ Aurillac. Dice la leyenda, que un hecho de relevante importancia marcó su infancia. Cerca de su población de residencia vivía por aquel entonces un extraño y a la vez sabio ermitaño: un antiguo benedictino temido por todos que se llamaba Andrade. Este, que moraba en el interior de una cueva, se proclamaba descendiente directo de los druidas. Gerbert se convirtió en uno de los asiduos visitantes del taciturno ermitaño, en contra de la voluntad paterna. Al parecer, el anciano, al margen de predecirle un futuro de sabiduría y poder, le introdujo en los misterios de la magia celta.
CONDE DE BARCELONA
En el año 967 viaja a la corte del conde de Barcelona, Borrell II, donde permanece tres años en el monasterio gerundense de Santa María de Ripoll. En la exquisita biblioteca del enclave cisterciense, Gerbert, da rienda suelta a su gran pasión por los libros y el estudio. Tres años después (970), el futuro pontífice viaja a Roma en compañía de su benefactor, el conde Borrell II y el obispo de Vic. La estancia en la ciudad eterna le resulta muy fructífera y traba una buena amistad con el papa Juan XIII y con Otón I, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que lo incorpora a su corte; nombrándolo tutor de su hijo, el futuro emperador Otón II.
Monasterio de Ripoll
Tiempo después, Adalberón, arzobispo de Reims, le brinda la oportunidad de ejercer como maestro en su colegio episcopal donde, al mismo tiempo, aprende y enseña disciplinas tanto religiosas como profanas. En esta etapa de su vida, da muestras de su extraordinaria erudición en el "Quadrivium": conjunto de disciplinas integrado por aritmética, geometría, astronomía y música.
En el año 972, Gerbert regresa a Roma para asistir a la ceremonia imperial de esponsales de Otón II con la princesa griega Teófano (Teofania), hija de Romano II. Acabada la ceremonia, el emperador lo nombra abad del monasterio benedictino de San Columbao, en Bobbio, Lombardía (Italia). En el año 983, a la muerte de su mentor Otón II, Gerbert regresa a Francia, donde es nombrado director de la Escuela de la Catedral de Reims.
ARZOBISPO DE REIMS
Poco tiempo después el futuro papa es nombrado arzobispo de Reims; poniendo en marcha con voluntad férrea todo un programa político de afirmación a la identidad de la Iglesia de Francia, procedente del Galicanismo (tendencia política en la Francia del siglo XIX que mantenía que su iglesia debía ser independiente del papado). Esto le supone el retiro de su dignidad episcopal por parte del papa Gregorio V; abandonó Reims y viajó en busca del nuevo Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Otón III.
Catedral de Reims
Este le introduce en su corte en la cancillería de Aquisgrán; encomendándole tareas de asesor, profesor, capellán y músico. A la muerte del papa Gregorio V, en el año 999, con la inestimable ayuda del emperador, Gebert fue consagrado papa con el nombre de Silvestre II.
PAPA DEL AÑO 1000
Dice la leyenda que siendo arzobispo de Reims asombraba a sus contemporáneos por sus grandes y profundos conocimientos arcanos; poseía una cabeza parlante, de metal, en la que algunos estudiosos han visto la prefiguración de un ordenador. Al misterioso Papa del Año 1000, se le atribuyen un gran número de inventos: astrolabios, ábacos, relojes de agua... y también de haberse inspirado en numerosas obras de autores herejes; buscando conocimientos de cábala, ocultismo, esoterismo, astrología, alquimia...
La vida y obra de Silvestre II está rodeada de un profundo halo de misterio, incluso, se rumorea, que su tumba, en la Basílica de San Juan de Letrán, destila agua. Este fluir acuoso, junto con un inexplicable rumor de crujir de huesos que afloran desde el interior del sepulcro "anunciaría la inminente muerte de una papa".
Interior de San Juan de Letrán
EL TESORO DE SILVESTRE II
El investigador francés Jean-Luc Berault, en un interesante artículo publicado en la revista especializada Mundo Desconocido, nos relata un suceso extraordinario que le aconteció al papa Silvestre II. En el Campo de Marte, una gran plaza de Roma, había una estatua de bronce que representaba a un hombre con el índice señalando hacia el suelo. Entre los romanos corrió una leyenda según la cual la cabeza del hombre estaba hueca y contenía oscuros secretos. Silvestre II tomó nota un día en que el sol pasaba por el meridiano de la Ciudad Eterna, del punto exacto en el que la sombra del índice de la estatua se reflejaba en el suelo. Y una noche, acompañado por uno de sus pajes, fue hacia aquel lugar y la tierra se abrió por algún extraño sortilegio; descubriendo un fabuloso tesoro en una cripta subterránea cuyas paredes eran de oro macizo. El pontífice nunca desmintió el hallazgo de la cripta repleta de oro, aunque, hubo quienes afirmaron, incluso, qué él mismo había fabricado el metal precioso ya que "prefería que se atribuyera su fortuna a esa circunstancia que al arte de la Alquimia".
El papa Silvestre II murió en el año 1005, llevándose todos sus secretos a la tumba. Y es que, entre la realidad y la fantasía existe una línea divisoria donde guardar el equilibrio, en muchas ocasiones, resulta difícil y complicado. Actualmente, la increíble figura del Papa del Año 1000 todavía nos sigue intrigando.
Fuente: http://balearoculta.blogspot.com.es/
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