Friday, October 18, 2013

LA SERPIENTE EN EL MUNDO ANTIGUO

LA SERPIENTE EN EL MUNDO ANTIGUO

 1 – La serpiente en las religiones mediterráneas
La presencia del tema de la serpiente en la iconografía dentro del variado mundo de las creencias religiosas, se presenta de una forma tan variada, su interpretación tiene tantas facetas, que su sentido se nos escapa a menudo. Así en la religión romana aparecía acompañando a dioses y diosas de características tan diferentes como Diana y Esculapio, Proserpina, Cibeles…

En primer lugar, la serpiente aparece como símbolo de la muerte. Su aspecto es repulsivo, se le asocia generalmente como genio del mal, con las tinieblas, con la tierra. Pero también es el símbolo de la medicina y por ende de la salud y la vida, de la resurrección. La serpiente es un animal que aparece y desaparece, que cambia de piel en primavera, que renace después de un largo invierno de frío y de muerte. Ambivalente, se le asocia al espíritu de los muertos, a la vez como muerte y resurrección. Cerrándose en círculo, representa el símbolo solar, fuente de vida y poder, señor del universo.

En el caso de la península ibérica sabemos de la existencia de un culto ofiolátrico en la protohistoria peninsular y hallamos a la serpiente en los cultos celtas del Noroeste (Galicia y región del Miño) que indican que el culto a la serpiente en Hispania es anterior a la llegada de los sefes celtas y, posiblemente, autóctono. Es así mismo muy curiosa la creencia recogida en una extraña copla, en que se cuenta que las serpientes, al hacerse viejas, marchaban a Babilonia, donde se tienden a lo largo y se llenan de musgo, tomando el aspecto de un tronco de árbol derribado.

Tampoco faltan en el folklore gallego y asturiano las leyendas piadosas de santos y almas en pena a las que encontramos unida la serpiente, así como las almas de los difuntos que toman esta forma, al igual que hace Anquises en el rito de la parentalia.

En general, casi todos los autores están de acuerdo en afirmar al carácter funerario de la serpiente. Para Cumont, teniendo en cuenta el estudio de las fuentes latinas, la serpiente es un animal funerario, y como tal se la tomó, dada su presencia alrededor de las tumbas, atraídas por las libaciones funerarias de leche y miel; de aquí a la interpretación popular como almas de los difuntos sólo hay un paso. De la misma forma, por su veneno, fueron consideradas como símbolo de la muerte, ya que la presencia de especies de víboras venenosas es común en toda Europa y en la cuenca mediterránea. De aquí el temor ante su presencia y la fabricación de amuletos, fíbulas y objetos de carácter apotropáico.  

A la Izquierda Apolo y a la derecha Atenea.

De esta consideración como portadora-acompañante de la muerte se deduce, lógicamente, su adscripción a divinidades del mundo subterráneo, relacionadas con ciclos agrarios: Ceres, Tellus, Proserpina; mientras que la mágica protección de su presencia puede que el factor positivo para la economía neolítica debió representar su carácter depredador de ratoncillos destructores de cosechas, la hiciese aparecer como beneficiosa y la ligó a las divinidades de la salud: Salus y Esculapio, sobre todo teniendo en cuenta que la llamada serpiente de Esculapio es la Elaphe longissima, también llamada serpiente de pollo y serpiente de árbol, que es inofensiva, muy extendida por Europa y Asia Menor.

También sabemos que del mal se obtiene el bien, que del veneno de la serpiente se consiguen antídotos para su mordedura y que la serpiente como sanadora es conocida en diversas culturas, así como su presencia en relación con los oráculos, profecías y fecundidad. 
Así pues, nos encontramos con que la serpiente es representada con carácter ambivalente: positivo, en cuanto que su presencia es beneficiosa, portadora de salud, dadora de vida, y negativo, como ligada a la muerte, a las divinidades subterráneas y a las representaciones de los difuntos.

De su presencia en las diferentes culturas el tema de la serpiente es una constante, es uno de los animales que juegan un papel más activo en las religiones y en lugares tan dispares y apartados como la India, China, Caldea, Babilonia, Grecia, Roma, China, Japón y diferentes religiones de América del Sur, África y Oceanía.

Más cercana a nosotros, la encontramos en esculturas relacionadas con los cultos mitraicos. Son frecuentes los personajes masculinos con serpientes enrolladas cuyas circunvoluciones son interpretadas generalmente como símbolos de ascensión planetaria. Las siete vueltas de la serpiente alrededor del cuerpo recuerdan, tal vez, la fuerza que las esferas planetarias oponen a la ascensión del alma hacia la inmortalidad , en tanto que si la serpiente es interpretada como un símbolo de la tierra se podría pensar que es una forma alejandrina de esa misma tierra. Según el profesor Bendala Galán la serpiente en estas estatuas mitraicas es una materialización de la fuerza vital de la roca de la que nace Mitra. Y es en relación  con esta fuerza vital, con este nuevo sentido positivo, donde aparece, en relación con la serpiente, un nuevo concepto: el de inmortalidad.

Ovidio, Plinio y Elieno recogen la curiosa creencia de que la espina dorsal de los hombres se convierte en serpiente en el sepulcro

Esta familiaridad de los romanos con las serpientes no se manifiesta solamente en las pinturas funerarias y estelas, pues a menudo tenían serpientes no venenosas como mascotas en sus casas y en las termas. Sus ideas pues de este animal, no era la del genio del mal, transmitida por la tradición semita, sino la de que la serpiente era inofensiva y beneficiosa.

Como parte de esta tradición semita podemos encontrarla ligada a la leyenda de Delfos, como símbolo del mal al que vence Apolo, divinidad solar, y nuevamente como fondo de una vieja tradición encontramos a la serpiente Erictonios, la encargada de guardar en la Acrópolis el árbol de Minerva.

La serpiente se utilizó también en la antigüedad para hacer profecías. Así tenemos que recordar la presencia de la serpiente Pyton en el oráculo de Delfos, pues fue precisamente sobre un templo antiguo de la serpiente donde se construyó el templo de Apolo.


Isis

Hallamos también a la serpiente ligada al tema de la fecundidad femenina, en relación con la diosa Juno, y la encontramos ligada al nacimiento de Escipion, de quien se cuenta que fue concebido por una serpiente enorme que se veía a menudo en la habitación de su madre.

Parece que la presencia de la serpiente, tanto en inscripciones sepulcrales como en estelas funerarias, en las pinturas de las tumbas, etc., debe interpretarse como un símbolo de fecundidad y supervivencia, que en el último caso se reducen a una misma cosa: Vida.

2- Aproximación a la serpiente como motivo religioso y mágico en el Próximo Oriente y Egipto.

El historiador de las religiones que se ocupa de las culturas del Próximo Oriente antiguo debe hacer frente a una serie de dificultades preliminares, como es la de moverse a través de documentos fragmentarios que necesitan una investigación filológica que, a menudo, ofrece resultados diferentes, cuando no contradictorios. Además, debe enfrentarse con una cronología muy extensa, en la que se han sucedido diferentes fases culturales. Estas son las dificultades que encontramos en nuestro estudio sobre las serpientes en las culturas antiguas, al enfrentarnos al mundo de la religión y la magia.

El estudio de la serpiente como animal “religioso” nos hicieron llegar a la conclusión de que al estudiar la Historia de las Religiones era necesario profundizar en el estudio de los pequeños animales que suelen acompañar a los dioses, en la sospecha de que, aunque el nombre la divinidad cambie, a través de las culturas, los animales que las acompañan o cuya forma adoptan, completa o fragmentariamente, pueden darnos la “pista” de la continuidad o no de las funciones sobrehumanas de las divinidades que esos animales suelen representar.

El renetutet

Aunque en este artículo no podamos referirnos a todas las divinidades que conocemos relacionadas con las serpientes, tanto en el mundo clásico como en el ámbito del Próximo Oriente y Egipto, creemos poder decir que no encontramos en época clásica ni en Grecia ni en Roma signos de ofiolatría, o adoración a la serpiente, sino la presencia de ésta como animal que, a veces, representa a un dios, como en el caso de Zeus Meilichios o el Agathodaimon o Buen espíritu, o en el de Pitón en Delfos.


Ouroboros esotérico

Las diosas egipcias en forma de serpiente son suficientemente conocidas, sobre todo Wadjet (Fig.13-14), la diosa cobra que vemos en la frente de los faraones o bien Meretseger, “La que ama el silencio”, diosa protectora del Valle de los Reyes que habita en la cumbre y Renenutet, la diosa de las cosechas, de la abundancia, que más tarde sería asimilada a Isis, para darnos la figura de Isis-Thermouthis o Hernutet, a la que acompañan  Serapis u Osiris –Agathodaímon.

3 – El ouroboros

Parece que este animal lo significa todo, tanto la vida como la muerte. Y el  ouroboros o serpiente que se muerde la cola haciendo un círculo como devorándose, acción que implica la renovación incesante del ser cósmico que se nutre de sí mismo, es el símbolo del Universo o la eternidad , con un sentido cósmico originario, según Deonna, de Oriente.

El ouroboros

Este motivo de la serpiente en forma de círculo  es también  en Egipto símbolo del mundo infernal, de Apophis, del que “El libro de Apophis”, escrito hacia 312 a.C. dice: “tú que tienes tu cola en tu boca, tu que te comes a ti mismo

Fuente: http://maestroviejo.wordpress.com/


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