Catalina de los Ríos y Lispeguer
Doña Catalina de los Ríos y Lispeguer es uno de los personajes más enigmáticos en la historia, mitos y leyendas de Chile, ella fue una de las mujeres más crueles y poderosas de la época colonial. Hija de Gonzalo de los Ríos y Encio y de la mestiza Catalina Lisperguer Flores, quien a su vez era nieta del alemán Pedro Lisperguer descendiente del Duque de Sajonia.
Catalina de los Ríos y Lispeguer creció en un ambiente con un profundo drama doméstico, en el que el rechazo a la autoridad de su padre solo era la punta del iceberg, sin mencionar que mantenía una estrecha relación con algunos nativos y criollos indeseables para la sociedad de esos tiempos, pero quien más marco su vida fue su nana, una mujer de orígenes indígenas con la que aprendió de sahumerios y conjuros, y quien también defendía a pie de guerra a la madre de Catalina, también acusada de hechicería.
Catalina de los Ríos perteneció a una de las familias más poderosas de la época, razón también por la cual se le facilitaron las posibilidades de practicar ciertas actividades vetadas en la época y saliera airosa de las acusaciones que se le hacían.
Las víctimas de la Catrala.
La primera víctima por la que se le acusa públicamente a Catalina es su propio padre, este hecho es el que la ingresa indiscutiblemente a la historia a temprana edad, en 1623. Según dice la historia habría asesinado a su padre con un pollo envenenado que le habría llevado a su habitación cuando este se encontraba enfermo.
En 1624 habría asesinado al Caballero de San Juan Enrique Guzmán, pero la responsabilidad de este acto habría sido luego atribuida a uno de sus esclavos, quien fue ahorcado en la plaza de Santiago. Además, entre 1624 y 1626, habría intentado matar a Don Juan de la Fuente Loarte, Maestre-escuela de la Santa Iglesia y Vicario General del Obispo, corriéndolo con un cuchillo por tratar de impedir sus liviandades.
En septiembre de 1626 la Catrala contrae matrimonio por primera vez con el caballero y soldado Alonso Campofrío Carvajal, en un intento de su abuela y tutora por calmar su sed de actos sanguinarios, lo que dio resultados por un tiempo, al punto que la pareja incluso había tenido un hijo mientras vivían en La Ligua, pero lamentablemente el niño fallece a los 10 años, luego de eso sus instintos comenzaron a reaparecer paulatinamente pero el único incidente ocurrido durante su matrimonio y que fuera conocido públicamente fue un atentado contra el cura Luis Venegas, cuando este iba a entregar la extremaunción a un indígena moribundo, pero entonces sería asaltado por un fraile agustino que se supuso era Juan Lisperguer, primo de la Catrala.
La Quintrala que acostumbraba llevar ella misma el manejo de sus tierras habría regresado entonces en medio de polémicas y acusaciones a la capital, sin embargo esta mujer que habría sido amada y deseada por muchos hombres y odiada por las mujeres y la sociedad e incluso por buena parte de su familia, habría fallecido en medio del proceso de investigación, estando viviendo en su casa. Sus restos habrían sido enterrados en la Iglesia de San Agustín en Santiago, iglesia que está muy cercana a la que habría sido su hacienda en la capital.
Muchos son los testimonios que narran hechos inexplicables en este edificio. Uno de los bodegueros del lugar afirma que el lugar está repleto de ánimas que cada cierto tiempo encienden y apagan las luces, mueven copas, gimen como si los azotaran. Algunas personas incluso llegan a contar que algunos se han familiarizado con el personal y les juegan bromas como esconderles las llaves o se ponen a correr.
El conserje del edificio por su parte nos cuenta que está acostumbrado a los acontecimientos paranormales, sin embargo por respeto prefiere no hablar de la Quintrala, ya que ella se enoja cuando se hablan de estas cosas.
Los fenómenos no solo ocurren en este lugar, también se hacen evidentes en el resto del edificio, uno de los pisos que se hacen más evidentes las manifestaciones es en el 7° donde no solo penan las víctimas de la Quintrala, también pena el alma de una Doctora que habría muerto en el lugar.
Las historias que tiene para contar este Edificio son muchas y podríamos estar de buenas ganas un mes entero investigando los casos más relevantes, ya que han habido también muchos homicidios y suicidios en el, es como si el edificio llamara a la muerte.
Fuente: http://rinconpatrimonialchileno.blogspot.com.es/
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