El fantasma de la bruja de Bell
La realidad algunas veces es más escalofriante que la ficción: este es uno de esos casos. La Bruja de Bell se manifestó por primera vez en un pequeño y tranquilo pueblo de Tennessee, Red River, en 1817. Se trata de una historia de fantasmas que forma parte del folklore meridional de Estados Unidos. Eran tiempos de pureza, inocencia, virtud, y de terrores innombrables para una familia cuyos miembros serán recordados como las víctimas del maleficio más importante de la historia norteamericana.
Este relato es la base narrativa de la película “Un fantasma americano” (2006) y pudo haber influenciado también en la producción de “El proyecto Blair Witch” (1999).
Esta aterradora presencia apareció un día en la granja con ansias de sangre. Pero, ¿qué era? ¿La encarnación del mal? ¿Un fantasma? ¿Un espíritu? ¿Una bruja? ¿Un demonio? La leyenda es lo único en lo que podemos basar nuestras hipótesis.
Según la leyenda, la primera manifestación del espíritu ocurrió en 1817, fue un día de caza cualquiera, John Bell, su hijo y un amigo, se adentraron en el bosque en busca de presas sin saber que en esta ocasión, las presas eran ellos. Una densa niebla cubrió el bosque como una manta.
Una figura misteriosa se movía rápidamente entre los árboles, confundiendo a los atentos cazadores. De repente, una criatura amenazadora se materializó de la neblina y se lanzó violentamente contra John. Con el rifle cargado, éste disparó a la bestia pero la criatura se esfumó tan rápido como había aparecido. Cuando John Bell encontró un animal extraño escondido entre los maizales de su propiedad. El animal, descrito como un ser dotado de cuerpo de perro y cabeza de conejo, desapareció cuando Bell comenzó a dispararle.
Ese fatídico día, los extraños ruidos comenzaron a escucharse en casa de los Bell. Parecía que alguien estuviera arañando y golpeando las ventanas. El suelo de madera crujía bajo el peso de pisadas invisibles, como si alguien, o algo, estuvieran moviéndose por la casa. ¿Eran ratones? ¿Ratas? O quizá algo mucho más siniestro. Este incidente fue seguido rápidamente por una serie de sonidos extraños, ruidos de animales que batían las alas o roían madera; tales sonidos se escuchaban dentro y fuera de la residencia de los Bell.
Interior del la casa
Después de tales sucesos, los niños de la familia contaron que sus ropas de cama se les salían solas del cuerpo y caían al piso, sacudidas por una fuerza invisible. Una terrorífica presencia apareció en el dormitorio de la hija, Betsy. Le arrebató las mantas y susurró su nombre con una voz que erizó todos y cada uno de los pelos del cuerpo de la joven. Al principio, la familia intentó convencerse de que estos miedos eran causados por pesadillas terroríficas. Pero ese no era más que el principio. El maleficio creció más allá de cualquier explicación lógica y razonable.
La familia, más tarde, empezó a escuchar la voz de una persona a la que parecía que estaban estrangulando, rodeada de ruidos tremendos, graves y guturales. Betsy Bell, la hija más joven de la familia, fue asaltada violentamente por una energía incorpórea que le arrancó el cabello y le arañó el rostro.
Estos acontecimientos continuaron un año más, hasta que John Bell los divulgó entre sus vecinos, James Johnston y su esposa, quienes más tarde afirmaron haber atestiguado tales fenómenos.
En este punto, los sucesos misteriosos experimentados por la familia Bell llegaron a ser muy conocidos en la comunidad de Red River (el Río Rojo). Se difundieron informes de una voz inmaterial que hablaba en voz alta, cantando pasajes de la Biblia y anticipando hechos que estaban ocurriendo simultáneamente a gran distancia.
Otro desarrollo importante de la leyenda es la implicación del futuro presidente de los Estados Unidos, Andrew Jackson, quien había escuchado hablar de los disturbios y decidió viajar a observarlos en persona, durante el año 1819.
Al acercarse a la propiedad de los Bell, Jackson colisionó contra una presencia invisible que detuvo las ruedas de su carruaje.
Entonces, uno de los custodios del político dijo en voz alta que se trataba de “una bruja doméstica” y propuso matar al espíritu. Inmediatamente después de esta agresiva manifestación, el hombre comenzó a gritar y a contorsionar raramente su cuerpo.
Entonces Jackson y sus guardaespaldas optaron por manifestar un discurso mucho menos peligroso; el futuro presidente afirmó que “prefería luchar contra la armada británica completa antes que combatir contra la bruja de los Bell”. Este segundo episodio, en realidad, se presume ficticio.
El compromiso de Betsy Bell con un vecino llamado Joshua Gardner fue otro motivo de descontento de la “entidad invisible”, que los siguió y molestó toda vez que estuvieran solos y juntos.
Finalmente, el acecho del fantasma condujo a Betsy a interrumpir la relación el lunes de Pascua de 1821.
Pero la voz sin cuerpo continuó comunicando su aversión por John Bell y su intención de matarlo. Bell, para entonces, sufría frecuentes espasmos y golpes faciales que muchas veces lo dejaban sin habla.
La familia Bell culpaba a la bruja de las aflicciones de Bell, pero los estudios modernos demuestran que tales síntomas indican que John pudo haber sufrido lo que posteriormente se bautizó como “parálisis de Bell”, una parálisis de los músculos faciales.
Esta enfermedad proviene de Charles Bell, el anatomista que descubrió tal condición. Cabe mencionar que este médico no tuvo ninguna relación con la familia Bell de Adams, Tennessee. El nombre es una pura coincidencia, y la parálisis de Bell no fue identificada hasta 1821, un año después de la muerte de la víctima de esta leyenda.
John falleció el 20 de diciembre de 1820. Un frasco pequeño que contenía un líquido no identificado, que habría ingerido, fue encontrado cerca de su cuerpo.
Cuando esta bebida se le dio de tomar a un gato de la familia, el felino murió de inmediato. El frasco, entonces, fue arrojado a la chimenea.
La familia dijo más tarde que, en ese instante, escuchó una voz que decía: “Oh, di a John una gran dosis de ese frasco ayer por la noche, y eso lo mató”. Durante el entierro de Bell, los huéspedes fúnebres divulgaron la noticia de que habían escuchado una voz que se reía y que cantaba.
La muerte de Bell significó el final de la serie de acontecimientos, pero Lucy Bell dijo más adelante que una voz le anticipó que volvería en 1828.
Y durante una visita de tres semanas a su antigua residencia, John Bell junior divulgó que una voz misteriosa se había comunicado con él, prediciendo la Guerra Civil americana, la Gran Depresión y ambas guerras mundiales.
Según la leyenda folclórica, cuando el espíritu se manifestó por última vez en 1828 dijo que volvería 107 años más tarde, es decir, en el año 1935. Pero no se divulgó ninguna información de hechos extraños relacionados con éste.
Placa en alusión a la bruja de Bell
A pesar de que pueda resultar una historia extraña e irreal, el maleficio de la bruja de Bell es un relato verdadero que ha sido documentado por muchos testigos oculares y corroborado por declaraciones juradas. Algunos dicen que las personas que escuchen su historia serán las siguientes víctimas de su terrible maleficio.
Fuente: http://cronicasmundosocultos.blogspot.com.es/
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