Una exposición celebra el Tratado de Utrech y sus consecuencias en Europa
La muestra de la Fundación Carlos de Amberes, repasa la lucha por el trono de España tras la muerte de Carlos II sin sucesión
El fallecimiento de Carlos II en 1700 sin dejar descendencia provocó un vacío de poder en el trono de España y una carrera por ocuparlo, lo que dio lugar a la Guerra de Sucesión Española. Un conflicto que duraría casi una década y que no tuvo solo dimensiones nacionales sino también internacionales, ya que desencadenó una lucha de poderes en Europa que estuvo liderada por la Casa de Austria y la de los Borbones -a veces de manera diplomática y otras en el campo de batalla-.
Ambas querían hacerse con la Corona española. Una Corona que se ciñó en 1701 Felipe V (nieto de Luis XIV, y por lo tanto apoyado por Francia), que fue a quien había señalado Carlos II en su testamento, con la condición de que renunciara a sus derechos de sucesión en su país de nacimiento. Sin embargo, Carlos VI, archiduque de Austria -respaldado por ingleses y holandeses-, reclamó sus derechos al considerarse el legítimo heredero del trono. Se abría así un periodo de alianzas que fueron variando según los intereses comerciales y el reparto territorial de los dominios españoles en Europa, sin renunciar a algunos objetivos en suelo nacional -como Gibraltar y Menorca que fueron a parar a manos inglesa-. En 1713 el Tratado de Utrecht ponía fin a una de las mayores conflagraciones europeas de la Edad Moderna que acabaron dividiendo la herencia de Carlos II, por la que tanto luchó en vida El hechizado.
Celebración a cuatro bandas
Tres siglos después, cuatro países -Holanda, España, Alemania y Suiza-, donde tuvieron lugar algunos de los principales acontecimientos de esta conflagración (así lo atestiguan los tratados de Utrecht, Rastatt, Baden y Madrid), recuerdan aquellos sucesos históricos a través de una serie de exposiciones -con un núcleo común, pero adaptado a las circunstancias e intereses de cada país-, que se desarrollarán entre 2013 y 2015.
Tras la primera exhibición, celebrada en el Centra al Museum de Utrecht entre abril y septiembre de 2013, le llega el turno a España. Es la Fundación la que, con la colaboración de Acción Cultural Española (AC/E), ha organizado la muestra «En nombre de la paz», que se inaugura hoy y permanecerá abierta hasta el próximo mes de febrero.
«Hace tres años empezamos a trabajar en este proyecto conjunto por que nos enteramos que al menos tres ciudades iban a celebrar el centenario de las paces de Utrecht (Holanda), Rastatt (Alemania) y Baden (Suiza). En realidad hubo muchas más, casi una veintena de tratados de paz o comerciales», explica a ABC el comisario de la exposición, Bernardo J. García García.
Préstamos de siete países
«Nuestro objetivo era abordar las paces, pero queríamos explicar los antecedentes». La muestra, «que arranca hacia 1660, con la Paz de los Pirineos», y concluye en 1725, «cuando sucede el último acontecimiento diplomático, la Paz de Viena», está compuesta por 74 piezas «de las que gran parte de ellas se verán por primera vez». Proceden de 20 instituciones (entre las que se encuentra el Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza, la Biblioteca Nacional, el Archivo Histórico de Simancas) de siete países distintos.
«Hay un pequeño núcleo de 18 obras procedentes de la exposición de Holanda que se presentarán en los cuatro países. El objetivo es ver cómo las obras de arte -cuadros, grabados, mapas, monedas...- nos permiten contar la historia. Queremos narrarla a través de las imágenes que fueron realizadas entonces -por grandes grabadores- con la intención de crear una memoria. El tapiz de Gobelinos es una muestra de ello», indica el comisario.
Distribuidas en las tres salas de la Fundación Carlos de Amberes, están ordenadas de manera cronológica. La primera sala se ocupa de los años anteriores al fallecimiento de Carlos II (de él se pueden ver varios retratos), y los intentos de este por mantener intactos los territorios de la Corona de España frente a las ambiciones de Luis XIV, presente en un gran tapiz que recoge su participación en «El asedio de Douai», donde Francia se enfrentaba a España por las fronteras de los Países Bajos.
A continuación nos adentramos en la Guerra de Sucesión (1701-1710), donde podemos ver que el conflicto no se circunscribía únicamente a España sino que tuvo una dimensión global tanto a nivel político como económico, con la pérdida de Gibraltar y Menorca, pero también con enfrentamientos en Italia, Flandes, Austria... Así lo atestiguan óleos que reflejan grandes batallas como la de Oudenaarde, firmado por Van Bredael; Blenheim, por Van Huchtenburg; o Malplaquet.
La muestra concluye con el reparto final de la herencia española, donde se ilustran las victorias de Almansa, el asedio a Barcelona y la firma del Tratado de Utrecht, así como los de Rastatt y Baden, resultado de la doctrina del equilibrio continental, que sienta las bases de la política exterior de la Unión Europea en la actualidad.
Fuente: http://www.abc.es/
0 comments:
Post a Comment