Bilderberg, ¿un club selecto o los amos del mundo?
En mayo de 1954, el príncipe Bernardo de Holanda invitó a algunos de los hombres más ricos y poderosos del mundo a pasar unos días en la campiña de Oosterbeck. Estaban en plena guerra fría y a muchos les preocupaba que el clima enrarecido enturbiase la buena marcha de los negocios. Se trataba de pasar unos días de descanso, hablar de política y de negocios de una forma distendida y comprometerse, al menos en lo que concernía al mundo occidental, a mantener la estabilidad necesaria para un comercio fructífero. La reunión sirvió para tender puentes entre las grandes fortunas a ambos lados del Atlántico y en cierto sentido supo tener cierta visión de lo que habría de ser la globalización y el comercio mundial.
Aquella primera reunión debió de ser muy fructífera porque desde entonces, el grupo se reúne con periodicidad anual, manteniendo una base de miembros fijos y un porcentaje de invitados escogidos entre los más influyentes y prometedores del planeta. Como se alojaron en el hotel Bilderberg, aquel grupo de prohombres tomó el nombre de Club Bilderberg y nadie podrá cuestionar su buen ojo para escoger invitados. Tony Blair, por ejemplo, fue invitado en 1993. Un año después se haría con el liderazgo laborista y en 1997 se alzaría a la presidencia del Reino Unido. Más fulgurante fue aún la carrera de Bill Clinton, invitado en 1991, el mismo año en el que ganaría la candidatura demócrata y un año antes ocupar la Casa Blanca.
Según afirman quienes han estudiado el tema, desde la presidencia de Einsenhower, todos los presidentes americanos han pasado antes por el Club Bilderberg y la lista es larga y variada: John F. Kennedy, Lyndon B. Johnson, Richard Nixon, Gerald Ford, Jimmy Carter, Ronald Reagan, George Bush padre e hijo, el mencionado Bill Clinton y Barack Obama. “El club Bilderberg está por encima de poderes e ideologías, de hecho suelen invitar a un político progresista y a otro conservador de cada país. Gane quien gane en las elecciones, ellos siempre ganan”, afirma Cristina Martín, la primera periodista del mundo en investigar a fondo el Club y la primera en publicar un libro sobre el fenómeno, El Club Bilderberg: Los amos del mundo, en abril de 2005.
Hillary Clinton fue invitada al Club en el año 98 y desde entonces ha tomado forma el rumor de que podría llegar a ser presidenta de los Estados Unidos, aunque al final perdiera la carrera presidencial con Barak Obama. “Obama es un producto de marketing típico del Club, es un líder prefabricado dentro del laboratorio Bilderberg. No hay más que ver su equipo: Joe Bidden, Hillary Clinton… el núcleo duro de su administración es puro Club Bilderberg. Además, el hecho de que haya ganado el premio Nobel sin haber hecho nada es más que sospechoso, pero se entiende como estrategia: se le dio prestigio y legitimidad para vender el producto”, afirma la periodista.
Hacia un gobierno mundial
La composición del Club Bilderberg ha alentado toda clase leyendas acerca de su poder atribuyéndole cierta fama de gobierno mundial en la sombra o más concretamente, de una suerte de consejo de administración de la gran empresa mundial. “Su objetivo es formar un único gobierno, una única moneda o mercado y una única religión. Y su herramienta para lograrlo es la ONU, organismo en el que hay una gran presencia de miembros del club”, afirma Cristina Martín.
Familias como los Rothchild, los Orange-Nassau o los Rockefeller y empresas como British Petroleum, American Express o Coca Cola, han estado presentes prácticamente desde la primera edición para alimentar esa aura de omnipotencia magnificada por el secretismo de las celebraciones y la discreción de los asistentes. Ni secretarios, ni escoltas, ni acompañantes pueden permanecer en las salas donde tienen lugar las reuniones y sin luz ni taquígrafos sólo quedan las especulaciones. Y las hay, como no podía ser de otra forma.
Fuente: http://www.teinteresa.es/
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