A subasta el mapa de Pearl Harbor del piloto japonés que gritó: Tora! Tora! Tora!
El comandante Fuchida dibujó al día siguiente del ataque todo el daño infligido a la flota estadounidense del Pacífico
Será hoy, 6 de diciembre, víspera del amanecer del día 7, cuando se cumplen 72 años del ataque japonés a Pearl Harbor: justo hoy, Christie's subastará en Nueva York un objeto muy singular. Se trata de un mapa dibujado por un oficial japonés después de la incursión que provocó la entrada de Estados Unidos en la II Guerra Mundial, un plano levantado a mano, y coloreado, en el que se consignan los daños sufridos por la flota estadounidense del Pacífico bombardeada en la base de Pearl Harbor.
Memorias de Mitsuo Fuchida
El mapa tiene su historia. Fue dibujado a mano al día siguiente del ataque, el 8 de diciembre. Su autor fue el comandante Mitsuo Fuchida(1902-1976), el aviador que lideraba la incursión aérea japonesa. Fuchida era un piloto muy experimentado, y a sus órdenes cientos de bombarderos despegaron de los portaaviones nipones, se dirigieron a las islas Hawaii e infligieron a la Marina estadounidense uno de los mayores castigos de su historia. Aquel domingo, aquel 7 de diciembre de 1941, causaron la muerte de 2.300 estadounidenses, hirieron a 1.200, y lograron destruir gran parte de la flota del Pacífico, como se ve en el mapa.
Franklin Delano Roosevelt
El mismo día en el que el mapa fue dibujado el presidente Franklin Delano Roosevelt proclamó desde el Congreso una declaración de guerra, y llamó al 8 de diciembre "el día que vivirá en la infamia".
Tora! Tora! Tora!
Fue precisamente Fuchida, volando con la primera ola de ataque, quien dio la famosa señal por radio: "Tora! Tora! Tora!" (que significa "tigre, tigre, tigre") y que era el mensaje convenido para confirmar a sus comandantes que el ataque había pillado al enemigo completamente por sorpresa. Además, el mapa que ahora se subasta fue empleado por el propio Fuchida en su informe al Emperador, el 26 de diciembre de 1941. Según recordaba el propio comandante, "desplegué el dibujo frente a su Majestad y señalé con el dedo en las ubicaciones correspondientes, golpe a golpe, nuestros logros contra las naves enemigas".
El mapa dibujado en vivos colores, mide 31 por 23 pulgadas (78 x 58 centímetros). Lleva una advertencia: "Top Secret", en japonés. Señala los nombres, tamaños y ubicaciones de los buques, así como el número de bombas y torpedos que les impactaron. También una traducción al inglés en color rojo de la mano del propio Fuchida. Quien ha puesto a la venta el mapa es la colección Malcolm S. Forbes. Anteriormente era propiedad del historiador Gordon Prange (1910-1980). Se estima su precio entre 400.000 y 600.000 dólares. Una cifra como otra cualquiera para una verdadera reliquia de los inicios de la II Guerra Mundial, del día en el que Japón atacó Pearl Harbor.
Habla Mitsuo Fuchida desde su avión
EXTRACTO DE SUS RECUERDOS EN "FOR THAT ONE DAY"
"Mi grupo se dirigió al «Nevada», que estaba anclado al extremo Norte de la fila de acorazados, al Este de la Isla de Ford. Ya estábamos por soltar las bombas cuando nos metimos entre las nubes. El piloto de nuestro bombardero guía, empezó a mover las manos de atrás hacia delante, para indicarnos que teníamos que pasar sin descargar las bombas.
Entonces volamos en círculo sobre Honolulu en espera de otra oportunidad. Entretanto, otros grupos iniciaron maniobras de ataque, pero algunos tuvieron que hacer hasta tres intentos antes de conseguir lanzar las bombas. De pronto hubo una explosión colosal en la fila de los acorazados. Una enorme columna de humo rojizo se elevó unos 300 metros y una violenta sacudida llegó en ondas hasta nuestro avión. Debía de haber saltado un polvorín.
El "Arizona"
El ataque estaba en su apogeo; el humo de los incendios y de las explosiones cubría casi todo el cielo sobre Pearl Harbor. Examinando la fila de acorazados con los prismáticos, vi que la gran explosión había ocurrido en el “Arizona». Estaba envuelto en llamas, y como el humo que despedía ocultaba al «Nevada», que era el blanco de mi grupo, busqué otro buque al cual atacar.
El «Tennessee»
El «Tennessee» estaba ya ardiendo, pero después de él se hallaba el «Maryland». Di orden de hacer a este último buque objeto de nuestra puntería y volvimos a meternos en la cortina de fuego antiaéreo. Cuando nuestro bombardero guía dejó caer su carga, pilotos, observadores y radiotelegrafistas de los otros aparatos gritaron a un mismo tiempo: « ¡Descarguen!»...y soltamos todas nuestras bombas.
Me tiré inmediatamente al suelo para observar por la mirilla. Cuatro bombas en perfecta formación se hundían en el espacio. Fueron haciéndose más y más pequeñas y por fin desaparecieron, al tiempo que se percibían unos destellos blancos. Vistas desde gran altura, las bombas que no aciertan al blanco son mucho más visibles que los impactos directos, porque forman en el agua grandes ondas concéntricas fácilmente perceptibles. Al observar dos de aquellos círculos y dos pequeños destellos, grité: « ¡Dos impactos!»
Quedé plenamente convencido de que habíamos causado considerables daños. Ordené el retorno a los portaaviones de los bombarderos que habían completado sus ataques, pero yo continué volando sobre Pearl Harbor, tanto para controlar como para dirigir operaciones que todavía estaban en curso.
Pearl Harbor y sus alrededores eran la viva estampa del caos. El «Utah» había zozobrado. El «West Virginia» y el «Oklahoma», con los flancos medio volados por los torpedos, escoraban pesadamente en un inmenso charco de aceite. El“Arizona» se inclinaba marcadamente a un lado, envuelto en llamas. El «Maryland» y el «Tennessee» ardían. El «Pensylvania», varado en dique seco, estaba ileso...
Fuente: http://www.abc.es/
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