¿Abducción en Alborán?
El avión siniestrado en 1969 en las costas de Cabo de Gata era un AN-17 Grumman.
Pocos y escasos datos ofrecieron los medios de comunicación sobre dos terribles accidentes aéreos ocurridos en el mar de Alborán frente a las costas de Almería en el primer semestre de 1969 y en los que perdieron la vida doce personas, todos ellos militares.
Ambos accidentes se produjeron en un escaso intervalo de menos de dos meses. Para el Ejercito del Aire, los accidentes fueron un cúmulo de mala suerte, cierta inexperiencia e incluso se habló de un porcentaje de imprudencia por parte de los pilotos. Sin embargo, para distintos expertos en temas de Ufología, entre ellos el desaparecido Antonio Ribera, experto en la materia y autor del libro "Los 12 Triángulos de la muerte" ambos casos fueron un claro exponente de respuesta a un fenómeno paranormal, o sea, abducidos por una misteriosa fuerza que los hizo súbitamente desaparecer.
El Ejercito del Aire, jamás se pronunció sobre extraños fenómenos y mantuvo invariablemente su tesis de accidentes puntuales y así están recogidos en los propios archivos del Ministerio de Defensa. Sin embargo, en distintas páginas de Internet sobre este tipo de fenómenos se habla sobre estos casos aportando diversos datos que los relacionan supuestamente con las misteriosas abluciones.
El 14 de mayo de 1969, a las seis menos cuarto de la tarde, a poco más de una milla de las costas de Cabo de Gata se estrelló un avión militar con ocho tripulantes a bordo. Se trataba de un avión antisubmarino AN-17 "Grumman". Solo fue rescatadocon vida el teniente de navío Pedro Mackinlay Leiceaga. El avión había despegado de Cartagena donde había estado de maniobras y se dirigía a su base en Jerez de la Frontera. Le acompañaba otro avión, cuya tripulación no se percató de nada hasta que llegaron a Málaga y fueron informados de lo ocurrido Los restos de la aeronave partida en dos, así como los cuerpos de otros cinco tripulantes fueron localizados después de una intensa búsqueda en un radio de más de cuarenta millas en el mar de Alborán. Los buzos de la Armada no llegaron a rescatarlo por orden del ministerio de Marina debida al estado de descomposición en que se encontraban los cuerpos. Las causas que provocaron el accidente no se conocieron oficialmente aunque se especuló sobre una maniobra arriesgada del piloto. También se rescataron los cadáveres del capitán de corbeta Navarro Antón y del teniente de navío José Antonio Jaque Gómez-Pardo.
Hubo un segundo accidente en la misma zonay en circunstancias similares Ocurrió a las 15´50 horas del 3 de julio de 1969. El radiotelegrafista de la base militar de Jerez de la Frontera fue el receptor de las últimas palabras del comandante Antonio González de Boado, piloto del avión "Grumman" .
Sus palabras nítidas y altas desde la cabina de la aeronave fueron un mensaje angustioso de socorro. "Vamos hacia un gran sol". Fueron las últimas frases recogidas por el controlador de la base. Luego silencio. Desde ese momento se le perdió el rastro al avión y a su tripulación.
Curiosamente el comandante González de Boado fue el primer oficial español que investigó por su propia cuenta el fenómeno OVNI en España. Boado solía publicar habitualmente sus convicciones en artículos en la revista de Aeronáutica y Astronáutica del Ministerio del Aire. En agosto de 1967 en la revista número 321publicó un artículo bajo el título de "Extraterrestre", o sea, la existencia de seres de otros mundos provocando el malestar entre sus compañeros militares.
Según se ha sabido el avión del comandante Boado había salido del aeropuerto de Jerez de la Frontera con misiones relativas sobre el control y seguimiento ante la posible presencia de barcos rusos en misiones de espionaje en aguas desde Gibraltar hasta Almería.
Curiosamente el comandante Boado, debía de haber comenzado sus vacaciones estivales un día antes del accidente, pero decidió retrasarlas ante el encargo de sus superiores para llevar a cabo esta nueva misión. Así mismo el suboficial que le acompañaba adelantó su guardia a este fatídico día para poder asistir al día siguiente al nacimiento de su primer hijo.
En el avión siniestrado viajaban junto al desaparecido Boado, el capitán del Ejército del Aire, Francisco Blanco Rodríguez, el capitán de fragata, Evaristo Díaz Rodríguez, el teniente de navío Eduardo Armado Badillo y los suboficiales especialistas del Ejercito de Tierra, Ángel Francisco Rodríguez, Joaquín Martínez González y José María Peña Moya.
De los siete tripulantes nada se supo. Aparecieron diversos restos dispersos en el mar, como los asientos de la aeronave. En las labores de rescate y búsqueda ampliada desde Gibraltar hasta las costas almerienses participaron distintos aviones del Ejército de Tierra, helicópteros, los buques de la Armada "Bidasa", "Villade Bilbao", "Ledes y "Atrevida", incluso unidades específicas en este tipo de siniestros procedentes de las islas Canarias.
Los seguidores y amantes de la Ufología no tardaron en dar rienda suelta a sus diversas especulaciones. ¿Fueron los aviones tele transportados por esa potente luz? ¿El mar de Alborán es un vértice de un triángulo de la muerte? ¿Se desintegraron los aviones antes de tocar agua? También se corrió el rumor de que los rusos pudieron tener algo que ver con estas desapariciones y sus potentes armas atómicas.
Para los amantes de lo esotérico, extrañaba que este tipo de aviones fueran tan frágiles de derribar ya que estaban diseñados y construidos para amerizar en el mar para cualquier emergencia de rescate, por lo que estaban dotados de una gran flotabilidad. Cuarenta años más tarde el misterio está servido.
Fuente: http://www.elalmeria.es/
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